El dormitorio es un área muy importante donde va a relevar la manera en que la configuración de tu decoración se establezca, por ende, cada elemento cuenta para un diseño en perfecto equilibrio el cual comienza por una cama con buen colchón, salvando las proporciones para no exceder el límite del espacio, si el lugar es muy pequeño es mejor obviar las mesas de noches y reemplazarlas por una repisa o una cómoda para tener a la mano tus objetos más usados, además el color que elijas debe ampliar visualmente el lugar, entre otras cosas que señalamos a continuación…
HOMESTORIES se luce con su diseño sencillo para un dormitorio pequeño, colores suaves, cabezal de madera donde surgen dos repisas mínimas que sirven de mesa de noche.
Dentro de una habitación pequeña lo más importante es mantener el orden, esto será el primer factor para que se vea más grande, por eso debes incluir muebles que tengan lugar para almacenar.
Los cuadros proporcionan profundidad visual en la pared, además que lleva la mirada a ese punto focal, distrayendo el poco espacio que mantiene el sitio.
Integrar un diseño de concepto abierto es una idea genial para hacer crecer de forma extra tu propiedad, en el caso de un apartamento tipo estudio se logra excelente ya que no necesitas tanta privacidad.
Si el dormitorio posee gran altura pero carece de espacio horizontal, saca provecho y crea dos niveles, abajo la zona de estudio y arriba la cama.
Los muebles con doble función son geniales para sitios con poca área porque en ellos puedes guardar ropa, objetos o libros, mientras sirve de cama.
Las camas tipo marineras son excelente solución para la habitación de los niños, además que será un detalle interesante que les divertirá.
La importancia de elegir muebles que se adapten a sus dimensiones es vital para no caer el desorden, una sola mesa de noche bastará y una cama individual, acompañada de un sillón es más que necesario para una sola persona.
La iluminación es un factor importante dentro del diseño del dormitorio, juega con lámparas en las paredes, o un sistema de ojos de buey bien distribuidos por el techo.
Porque cada centímetro es tan importante que se debe aprovechar, en esta imagen el mueble de la cama incluye gaveteros y repisas.
Una decoración no requiere de demasiados elementos, es importante que escojas con cuidado, puedes hacer como en este ejemplo, un buen copete de cama floreado, ambiente blanco, un escritorio, más un espejo que refleje la luz natural de la ventana.
Los muebles modulares son un recurso perfecto para dormitorios de esta categoría, al pegarlos de la pared aseguran el máximo aprovechamiento y mayor superficie disponible.
Para muchos el blanco es un color aburrido, pero si varias un poco con texturas puede resultar sorprendente. Aquí la pared es de ladrillos pintados, las puertas del closet hacen juego y la lencería remarcan el concepto celestial.
Damos por sentado que la organización es un factor clave para los dormitorios diminutos es sencillo de lo que imaginas. No necesitas muchos muebles, con lo básico tendrás suficiente.
Optimizar un lugar no debe ser limitante en el plano horizontal o vertical, más bien, la combinación de ambos te permitirá sacar el máximo partido a los metros disponibles. Un diseño de dormitorio pequeño dividido en varios niveles, es creativo y aprovecha lo poco que tiene.
Los colores fríos también brindan lo suyo, todo depende de como lo manejes, puedes combinar con el blanco, piso de madera y algunos accesorios.
Cuando las medidas en vertical son las que faltan, debes aplicar tu ingenio y recurrir a camas bajas, además de estar en tendencia, logra una imagen relajada.
Los pisos de madera ofrecen una sensación cálida y sin pensarlo mucho, también logran ver el espacio más amplio que con un acabado más oscuro.
Mantén un punto focal que marque tu personalidad y distraiga la atención sobre el tamaño de la habitación, puede ser con un papel tapiz estampado, textura, cuadros o alguna lámpara colgante con mucho estilo.
Por último, queremos decirte que el espacio reducido no es problema alguno, lo importante es tener claro del estilo que se quiere reflejar, evitando los excesos y cuidando las proporciones.
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