El contexto en el que se dio a luz a la arquitectura moderna era aquel de un mundo proveniente de un siglo 19 con un desarrollo de la vida en las ciudades y la industrialización, donde nuevos programas debían desarrollarse para la nueva vida del hombre moderno. Todo este pensamiento llevo a la concepción de un paradigma moderno al cual la arquitectura le daba respuesta de una manera global y que sería necesario llevar a la práctica masivamente a la salida de los conflictos bélicos de la primera parte del siglo 20. Ahora bien, esa mirada moderna y la respuesta al modo de habitar trasladada a diferentes latitudes no siempre se dio con el lenguaje exacto que se aplicaba a la respuesta Europea y hubo interesantes ejemplos en Latinoamérica (por citar uno cercano) de una interpretación local de esa modernidad ligada al contexto local. Los conceptos fundamentales de esta adaptación subyacen en las bases de la modernidad misma, donde aparece una necesaria reducción de la construcción y un uso adecuado de los recursos con los que se cuenta a mano para poder crear ese nuevo espacio moderno. Liberado de cualquier reducción del lenguaje “moderno” las respuestas de Latinoamérica estuvieron signadas por la transformación del espacio, basados en la aplicación adecuada de los recursos constructivos locales y las nuevas tecnologías mezcladas con tradicionales sistemas de construcción.
Este concepto que excede el tiempo y los lenguajes y sigue siendo hoy en día una respuesta muy nuestra a las modas globales (de tan fácil llegada hoy en día) es lo que podemos encontrar en esta obra de IR arquitectura, donde la tecnología local le da una adecuada respuesta al espacio y donde conceptos contemporáneos como el de sustentabilidad esta plasmados en un lenguaje sin pretensiones más que la mera construcción de una arquitectura que respete su tiempo y su lugar, nada mas y nada menos que el legado que nos dejaron aquellos que interpretaron en América Latina a la modernidad, una modernidad superada.
Esta construcción debía insertarse en pleno monte misionero, un paisaje agreste con espesa arboleda donde un claro a reforestar debía ser el espacio donde se asentara la construcción. La primera premisa era un respeto por el paisaje y por las condiciones que este establecía
Uno de los conceptos mas conocidos de la arquitectura moderna que Le Corbusier (tal vez uno de los arquitectos más influyentes de la modernidad) fue el de los 5 puntos. En estos 5 puntos se establecían una reglas determinadas para la configuración del espacio moderno. Alguno de ellos se pueden ver en esta obra, como por ejemplo: La planta libre (el espacio se libera de muros interiores que absorben carga), una estructura independiente (un sistema de columnas perimetrales absorbe el esfuerzo estructural) fachada libre (los muros exteriores son de cerramiento y pueden liberarse las aberturas a un fin plástico o funcional según se requiera) y terraza jardín (el espacio ocupado por la arquitectura es devuelto en el espacio superior para ser utilizado.
Estos conceptos anteriormente marcados no son usados como un traslado de estilo o copia sino que están pensados y aplicados a través de recursos constructivos locales, necesarios para poder llevar adelante la obra con materiales y mano de obra de la zona. El resultado formal no era el problema a resolver sino la adaptación al medio.
La matriz espacial fue un modulo triangular a los que los autores señalan con el único capaz de adaptarse a la vegetación circundante. Este modulo se va adosando en una trama que configura un espacio sin apoyos en el centro y resulto con una compleja (pero a la vez simple para el conocimiento constructivo local) trama de vigas de madera apoyadas en un sistema de columnas perimetral.
La arquitectura tradicional japonesa tiene en su germen un delicado trabajo en los detalles y es esto algo que podemos encontrar en esta obra. El sistema que junta el agua de las cubiertas se construye de manera delicada y precisa formando este parte del lenguaje de la misma, como si se tratara de un ornamento pero con una función precisa.
Ninguno de los elementos constructivos que definen el espacio presentan algún tipo de acabado o revestimiento que lo cubra. Todos los materiales están trabajados con sus características básicas (si se mira atentamente, ni siquiera los tirantes están cepillados) en una clara demostración de respeto por las condiciones propias del material y de la expresión que el mismo puede otorgar. Una expresión muy propia, basada en conceptos modernos pero con una clara aplicación de la esfera local.
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