La construcción de una casa nueva es un proyecto de vida. Se trata de una inversión económica fundamental, pero también emocional y psicológica. Elevar una nueva casa será un proyecto que ocupará muchos meses de nuestra vida, e incluso creará un legado que tal vez acabe pasando durante generaciones en tu familia. Cuando nos jugamos tanto, no podemos dejar la elección de un arquitecto al azar.
Antes de decidirte a contratar a un arquitecto, asegúrate de haber cumplido con los 10 pasos que te sugerimos en este artículo. Además, te recomendamos consultar con los arquitectos profesionales del catálogo homify.
Para obtener un plan de vivienda ajustado a ti, necesitas poder explicar exactamente qué necesitas. ¿Buscas una casa familiar en la ciudad? ¿Quieres una vivienda sostenible de diseño? ¿Te importa más el diseño o la habitabilidad? Define en papel qué buscas y cuáles son los requisitos fundamentales.
Este paso es tal vez el más complejo y, a la par, importante. Haz un cálculo realista del dinero que vas a invertir en la casa. Fundamentalmente, calcula qué dinero podrías conseguir en caso de que necesitaras aportar más para imprevistos.
Además de fiarte de consejos de amigos, revisa el catálogo de los arquitectos que te interesan y, si es posible, habla con clientes que hayan tenido en el pasado. Asegúrate de que su estilo y habilidades se ajustan a tus necesidades.
Tras plantear tus deseos y necesidades al estudio de arquitectura que te interesa, asegúrate de ser flexible a sus sugerencias en los puntos que hayas decidido que son secundarios para ti. Los arquitectos son no solo profesionales, sino también artistas, y saben dar cuerpo concreto a nuestras ideas.
Una vez tengáis una idea general del proyecto, asegúrate de que se te entrega una lista clara y desglosada de gastos. Es responsabilidad del estudio de arquitectura hacer sugerencias que te permitan ahorrarte dinero, ya sea en materiales o en diseño.
También es responsabilidad del arquitecto crear un calendario del tiempo de construcción y acabado. Debes ser flexible y entender que puede haber (y habrá) contratiempos imprevistos, pero asegúrate de que también se incluyan en el proyecto.
La mayoría de arquitectos colaboran con constructores, pintores, fontaneros y otros tantos profesionales de confianza. Asegúrate de preguntar quiénes son y de que su estándar de trabajo se ajuste a ti.
Aclara con el arquitecto cómo colaborarás durante el proyecto: si deseas ser contactado y participar en la creación de la vivienda, o si dejas el trabajo en sus manos. En todo caso, aunque trabajes de forma estrecha con el estudio de arquitectura, es necesario aclarar que ellos son los responsables de la coordinación.
Un problema habitual según se va construyendo una vivienda es encontrarse con gastos imprevistos, tal vez porque tú mismo cambias de opinión al ver avanzar el proyecto. En todo caso, deja que el arquitecto te asesore en opciones para ahorro en acabados.
Aunque una colaboración profesional tiene a acabar de manera satisfactoria para ambas partes, podría suceder que hubiera un conflicto. Es importante que en el contrato haya quedado reflejado cómo habéis acordado arbitrar en caso de conflicto.