¡Pásate a la cocina americana!

Con la incorporación de la mujer al mercado laboral y un estilo de vida cada vez más lejos de los muros de casa, las cocinas han pasado de ser espacios donde todos se reunían alrededor de una mesa, a convertirse en lugares de paso entre una actividad y otra, casi sin reparar en ellas. De forma y manera que incluirlas en un todo, junto a los salones, era sólo cuestión de tiempo.

La gama de opciones a la hora de crear nuestra cocina ideal puede ser muy amplia, pero con las cocinas americanas, no debemos olvidar que su diseño y el del salón no sólo deben ser parejos, sino que además tienen que complementarse para formar una estructura común.

¿La queremos con barra o con isla? Ambas dan buenos resultados, y escoger una u otra dependerá del aire que queramos darle a la vivienda. Una barra, pese a no aislar la cocina, marca de forma más evidente dónde termina un espacio y empieza el siguiente, además de que ofrece mayor terreno para el trabajo. Aunque si es el espacio lo que nos interesa, una cocina con isla puede ser la solución ideal. No sólo por la amplitud que nos deja para cocinar, sino porque además hace parecer al salón y a la cocina mucho más grandes.

La función integradora de este tipo de cocinas siempre va de la mano de un estilo más bien contemporáneo que se aleja del modelo de cocina tradicional. Arriesgar con la decoración y el diseño en ese sentido siempre es una buena idea.

Ésta además nos puede servir para diferenciar estancias sin necesidad de muros y que, pese a ello, se combinen entre ambas. Cambiar el tipo de suelo, por ejemplo, es una opción para que se definan dos espacios distintos sin que eso rompa la armonía decorativa, al igual que el color que utilicemos para pintar las paredes, pudiendo utilizar unos tonos en la cocina que destaquen sobre los del salón o viceversa.

Pero no todo es diseño, sino también funcionalidad y es aquí donde viene el mayor problema. Al no haber paredes ni muros que separen, ruidos y olores se mezclan con el resto de la casa. De manera que es importante, si queremos este tipo de cocinas, saber qué elementos pueden ayudar a que no resulten un engorro. Por ejemplo, las lámparas de extracción de humos que utilicemos deben ser lo más grandes posibles para que impidan que los olores se esparzan por toda la vivienda.

La limpieza también es un aspecto importante, y en ese sentido, el material de los muebles que vayamos a utilizar deben cooperar para mantener su buen estado. Los plásticos y las maderas contrachapadas son los aliados en este caso, aunque uno nunca puede negarse a la elegancia y luminosidad que aportan los cristales y metalizados. Eso sí, deberemos tenerlos como limpios como la patena.

A no ser que lo que estés buscando es que sea algo minimalista, el juego con los colores en este tipo de cocinas puede tener un papel muy importante a la hora de combinarlo con el salón. Introducir elementos decorativos de colores llamativos no sólo da más alegría sino que aporta una estética mucho más moderna. Que no te intimiden los colores brillantes,  no olvides que son dos estancias abiertas y por tanto la iluminación será mucho mayor, lo que permite una amplia variedad cromática sin que eso le de oscuridad. 

Normalmente, su uso siempre ha ido más vinculado a viviendas pequeñas y tipo loft para aportar una mayor amplitud. Si ese es tu caso, apuesta por tonos claros y cristales para potenciar mucho más la casa y que parezca más grande de lo que realmente es. En este tipo de viviendas, una barra americana con taburetes altos es la solución perfecta.

Así que ya sabes. Es hora de derribar muros, abrir espacios y unirte a la era de las cocinas americanas.