Con los ojos cerrados y lápiz en mano, si alguno de nosotros tuviera que dibujar una casa seguiría haciéndolo como cuando era un niño: de un sólo trazo, dos muros y una cubierta inclinada con o sin chimenea, según lo detallistas que seamos. Quizás por las ilustraciones de los cuentos o por las casitas del monopoly, no se sabe bien porqué, pero todos tenemos la misma idea de casa en la cabeza.
Sin embargo, el concepto de casa ha cambiado, a pesar de que el arquetipo sigue siendo el mismo. Viviendas con cubierta plana o vegetal, construcciones de volúmenes que desafían a la gravedad o casas que se transforman: éstas son las casas que se construyen hoy en día, viviendas que se adaptan al estilo de vida contemporáneo, que incorporan avances técnicos o que suponen toda una investigación en cuestión de formas.
A continuación, os presentamos cuatro ejemplos de arquitectura doméstica que rompen moldes.
Complementando a una vivienda preexistente, Anna & Eugeni Bach construyen este estudio-vivienda en este solar estrecho bajo un condicionante: el bajo coste. El limitado presupuesto influye en las decisiones constructivas, de manera que se toma la decisión de trabajar con los industriales del lugar y de adoptar soluciones tradicionales autóctonas: muros de carga, forjados unidireccionales, huecos de aluminio de dimensiones estándares y acabados de revoco pintados.
Bajo estos puntos de partida, los 90 m² de la construcción se dividen en dos zonas: un espacio diáfano, conectado con el exterior a través de una ligera cubierta de caña y un espacio de uso privado, que incluye dos habitaciones y un baño. Los espacios servidores, cocina y baño, se diseñan con dimensiones mínimas, en favor de la zona de día, corazón de la casa.
Geométricamente, la cubierta se inclina, bajo la normativa del lugar, en tres tramos diferentes asemejándose a un perfil montañoso. Pero lo que llama la atención de esta vivienda no es sólo su original diseño, sino su funcionamiento.
En primer lugar, para combatir la gran insolación durante los meses de verano se construye una cubierta ventilada: se levanta una cubierta de uralita sobre el forjado, de manera que se crea una cámara de aire ventilada, donde la circulación es la encargada de mantener fresca la construcción. Por otra parte, la cubierta inclinada hace posible la recogida de aguas pluviales en un depósito exterior, donde el agua de lluvia se almacena para ser empleada finalmente en el riego de un pequeño huerto próximo a la vivienda.
Situada en una pequeña parcela en la urbanización de Caselles d'Avall, en el municipio de Boqueres, Girona, MIAS Architects construye esta vivienda en un terreno de pendiente pronunciada. La vivienda se proyecta partiendo de un condicionante: el terreno. De esta manera, la casa se despliega abrazando a la topografía del lugar y componiéndose mediante agregados: diferentes volúmenes se excavan o apoyan, dando la espalda al paisaje o abriéndose a éste, según su uso.
El programa se organiza de manera radial: un gran volumen central acoge a los espacios de usos compartidos. Junto a éste, y siguiendo las líneas del terreno, los demás usos van conquistando el resto del espacio.
En la ciudad de Kronach, en la calle Rodacher, [LU:P] Architektur GmbH construye esta vivienda de nombre Wohnhaus W. En una parcela estrecha, un volumen revestido de madera desafía a la gravedad y se asoma, de manera curiosa, sobre el patio de acceso generando una agradable cubierta. Gracias a la madera, el volumen superior se protege de miradas ajenas, protegiendo sus terrazas con lamas horizontales. Arriba tiene lugar el programa de uso privado.
Un primer volumen en planta baja cruza la dimensión estrecha de la parcela y encierra dos patios privados. Otro volumen, perpendicular al anterior, se abre a estos dos espacios exteriores mediante dos grandes cerramientos de vidrio. Abajo tiene lugar el programa de uso público: la sala de estar, el comedor y el salón, rodeados de vegetación y luz natural.
Las cubiertas se construyen verdes, entendiéndolas como parte del paisaje.
Dejando atrás convencionalismos, KWK Promes proyecta esta vivienda de soluciones técnicas complejas. Bajo un condicionante impuesto por los clientes, la seguridad, esta casa se construye con la forma de un prisma rotundo y sólido, con apariencia de hermético. Sin embargo, sus muros móviles la abren al exterior, a nuestro antojo: nos abrimos al jardín o generando un patio privado de acceso o nos cerramos totalmente durante la noche.
Sin embargo,estos no son solo los únicos elementos susceptibles a ser movidos: una gran persiana cubre el gran cerramiento de vidrio a Sur y cada uno de los huecos que se abre en las fachadas se cierran con el mismo material, de manera que quedan camufladas. El interior, en contraposición, se compone de espacios abiertos y fluidos, que quieren escapar de su continente.