Diseñar un apartamento de 72 metros cuadrados puede no ser complicado, pero que un apartamento de esa superficie tenga un diseño funcional, práctico y cómodo no es el resultado generalizado. Era lo que le ocurría a la vivienda que conocemos hoy en este libro de ideas. Antes de su reforma, una excesiva compartimentación dividía demasiado el espacio en pequeños habitáculos de poca calidad. Lara Pujol tomó cartas en el asunto y ofreció una alternativa a este ático situado en Barcelona. La solución pasaba por eliminar toda división anterior e implantar una nueva configuración abierta, donde cabían además dos dormitorios simétricos. Nos asomamos a la solución a continuación.
La reforma propone unificar espacios de carácteres similares en una gran estancia donde los usos conviven unos junto a otros. Es el caso de la zona de día, donde el comedor, el salón y la cocina tienen lugar en una misma estancia. Con este gesto, se gana amplitud y luminosidad, ya que ahora la luz puede circular libremente sin toparse con ningún tabique. En primer plano encontramos comedor y cocina, y tras un mueble bajo que hace de separador, la sala de estar.
Aunque los nuevos elementos añadidos siguen una línea muy minimalista, durante la intervención se procuró que este ático no diera la espalda a su pasado y sacara a relucir sus rasgos más tradicionales. Es de esta idea de donde surge el eliminar el revestimiento que cubría la pared de ladrillo y dejarla desnuda y sincera. También las baldosas hidráulicas, símbolo identificativo del modernismo catalán, comparten suelo con un nuevo pavimento de madera.
Sin embargo, configurar una vivienda de dos dormitorios sin partición alguna es imposible. Pero, ¿qué se puede hacer para compartimentar un espacio sin recurrir a soluciones estancas y opacas? La solución a este encrucijado la podemos osbervar en esta imagen, donde una pared fragmentada a trozos crea un pasillo con vistas a la zona de día y un curioso juego de luces y sombras.
La vivienda cuenta con sendos dormitorios simétricos, diseñados a modo suite, y equipados cada uno con un cuarto de baño completo. Una puerta corredera les separa del resto de la casa. Al igual que el armario, que además de cumplir su función de almancenamiento, separa lo público de lo privado. También aquí se mantienen los rasgos de lo tradicional, con el muro de ladrillo, donde apoya la poca decoración que encontramos en toda la casa: sencilla, bella y sobre todo práctica.
Pero indudablemente, el espacio más maravilloso que podemos encontrar en esta casa es el cuarto de baño. Con un enigmático juego de baldosas hidráulicas, cubriendo paredes y suelo, este espacio consigue atrapar la esencia del pasado en los tiempos que corren en la actualidad.
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