Ambiente perfecto en el salón: 7 claves de iluminación

Karen Ayerve Karen Ayerve
Apartament in Madrid, Simona Garufi Simona Garufi Salones de estilo minimalista
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La iluminación de casa se convierte en una cuestión fundamental cuando hablamos de espacios pequeños. Primero, porque en esa búsqueda por agrandar espacios, la luz actúa como el medio idóneo para reconvertir por completo el aspecto de una habitación, pero también porque una distribución inteligente de la misma produce extraordinarios efectos sensoriales. Es precisamente esta última cuestión la protagonista de nuestro libro de ideas. Porque, independiente del tamaño de una habitación, conseguir espacios más acogedores y cálidos pasa de inmediato por la estructura de iluminación que construyamos. En esta cuestión, ambas fuentes, natural y artificial, actúan como un tándem casi en sincronía, aprovechándose la una de la otra. Bajo esta máxima, hemos elaborado una lista de 7 fuentes para iluminar el centro neurálgico de casa, el salón, en búsqueda de una u otra atmósfera.

Planifica la iluminación con anterioridad

El primer paso, y el más importante, para iluminar un salón es averiguar cómo usas el espacio. Desde la lectura hasta la relajación, tienes en tus manos configurar toda la iluminación del ambiente. Después de tomarte tu tiempo para analizar qué tipo de cosas harás en cada zona de tu salón, ya debes tener más claro donde necesitarás una luz cenital, en qué partes puedes colocar puntos de luz indirectos y dónde te vendría bien una luz directa. No le des importancia si la primera vez no encuentras el diseño de iluminación perfecto, ya que este es muy fácil de corregir en la mayoría de los ambientes de tu casa.

Cuidando la iluminación

La iluminación se elevó a categoría de medio extremadamente expresivo cuando Eisenstein y los primeros cineastas la utilizaron de manera inteligente para crear ambientes que contasen por si solos la historia, así como influir en la construcción de los personajes. Salvando las distancias en el tiempo, podemos establecer el mismo símil de su intención en el cine, con lo que nosotros ahora buscamos para el salón de casa.  

La luz habla, transmite, y sobre todo produce un efecto psicológico. De esta forma, tanto o más importante que la decoración, es acertar en la elección de las mismas. Quizá nos conformemos con una pequeña lámpara mientras leemos, o encendamos una segunda si estamos viendo la tele por la noche, ¿y para cuando celebremos grandes reuniones sociales? Tal vez lo más conveniente sea encender todas las luces. En cual caso, utilizar una u otra está estrechamente ligado a la actividad que en ese momento se desarrolle en el salón.

Empezamos nuestro recorrido con un salón bastante iluminado, en el que se ha preferido controlar algo más el paso de los rayos solares a través de estores. El resultado es un espacio digno de ser el mejor escenario para las reuniones familiares.

Aprovecha la luz natural

Si, como unos pocos, tienes el privilegio de contar con una importante fuente de iluminación natural en el salón de casa, entonces hay que explotarla al máximo posible. Su gran ventaja frente a la luz artificial, además de las obvias relacionadas con el consumo de electricidad, es el ambiente fresco a la par que acogedor que construye. En mayor medida, la luz del sol eleva nuestro estado de ánimo sin necesidad de llenar de colores la decoración, y en dosis más controladas, bien podría asimilarse al efecto que nos despierta el fuego de una chimenea: sensación de hogar, ambientes amables en busca de un confort que sólo se consigue dentro de nuestro espacio. Mejor que la dirección en cenital que construyen las claraboyas, por ejemplo, es conveniente orientar su paso por casa a través de los extremos. Esta disposición nos permite conseguir luz suaves que resaltan los contrastes y las sombras de los objetos. Una forma más de añadir texturas visuales al paisaje.

Pequeños puntos de luz

A la hora de plantear la iluminación del salón evitamos a toda costa movernos en los extremos: no queremos pasarnos pero tampoco quedarnos cortos. Cuando las fuentes de luz natural están completamente cubiertas, entonces podemos permitirnos arriesgar algo más en la elección de las luces artificiales. Para empezar, es importante construir una iluminación general que cubra gran parte del salón a través de diferentes puntos importantes. Lo ideal es que la luz principal caiga directamente desde el techo utilizando una gran lámpara (lo veremos en el siguiente punto) o a través de varios focos. Es la propuesta que nos plantea el diseño de la fotografía, donde la disposición ajustable de cada bombilla nos ha permitido prescindir de las pequeñas fuentes de luz para iluminar espacios específicos. El objetivo es fusionar de manera equilibrada la calidez de la iluminación principal con la natural sin necesidad de sumar accesorios visuales.

La luz principal, la del techo

El salón es el centro de todos los acontecimiento, el punto de operaciones, y una celebración de la vida que se hace en casa. Siguiendo esta máxima, su iluminación debe concebirse como un elemento más que incite a tanta felicidad. Como os decíamos, la luz principal ha de venir desde techo, ser fija y además de color blanco, si bien es cierto que su elección dependerá de la estética y del gusto personal, lo ideal es conseguir tonos neutros que se fusionen delicadamente con la luz natural. Las lámparas en suspensión son una opción visualmente estilosa para decorar el salón y crean una luz cálida que aporta la sensación de hogar que tanto gusta. Se trata, por tanto de la mejor alternativa cuando buscamos una luz completa en momentos de grandes celebraciones sociales.

Luces específicas, momentos de intimidad

Después de organizar la distribución de las luces principales de casa, podemos centrar toda nuestra atención en los distintos accesorios de iluminación. Las llamadas luces secundarias son tanto o más importantes que las primeras ya que, en última instancia, son las encargadas de crear el ambiente que tanto deseamos. Dentro de esta categoría contamos, a modo general, con tres tipos de luminaria: lámparas de pie, lámparas de lectura y pequeñas lámparas de mesa. Este tipo de iluminación sirve para crear una atmósfera más íntima que no podríamos conseguir con las luces principales. 

Empecemos con las lámparas de pie. Al contrario de lo que pueda parecer, su ubicación no se reserva a las esquinas del salón y puesto que no son fijas podemos disponer de ellas en el foco donde más las necesitemos. Luces blancas junto al sofá, cerca del comedor o de cualquier pared, crean una atmósfera apacible y de espacio personal. Te aconsejamos hacerte con una lámpara de pie flexible que te permita jugar con la dirección de la luz.

Lámparas de luz tenue

Disponer del salón de casa a nuestras anchas es una misión casi imposible y un lujo que no tiene precio. Por eso, cuando se nos presenta tal oportunidad, hacemos de ella casi una experiencia religiosa. Cerramos la cortinas, apagamos las luces principales y convertimos el salón en un espacio casi tan íntimo como nuestra propia habitación. En tal escenario de procrastinación, la iluminación ha de ser lo más tenue posible: pequeñas lámparas de luz blanca orientadas hacia la escasa actividad que estemos realizando: nuestro momento de lectura por ejemplo. Su posición cenital dibuja un halo de luz sobre el suelo, limitando visualmente las zonas que quedan a la penumbra de las demás. El efecto es un escenario de líneas delicadas.

Luz natural, principal y secundarias

En nuestra búsqueda por una iluminación adaptable a nuestro estado de ánimo, y por supuesto, a la energía que desprenda nuestro salón, se suma una última alternativa: las lámparas de mesa. Su función vendría a resumirse de forma similar a la que cumplen en el dormitorio: iluminar pequeños puntos junto a los que generalmente estamos realizamos alguna tarea. En el salón no siempre se asocian a esta última concepción, contribuyen más bien a aumentar la iluminación o reducirla para conseguir un ambiente familiar.

Como hemos visto, conseguir una distribución eficiente de las luces no es tarea imposible. En esencia, se trata de elegir luces neutras, siempre y cuando no busques un salón de estética experimental; dejar pasar la luz natural en la medida de lo posible y apostar por una luz principal que llene de calidez los espacios. Para cuando quieras crear intimidad, las lámparas son importantes luces de apoyo que siempre puedes añadir o restar al conjunto de la iluminación.

Te invitamos a pasarte por nuestro siguiente libro de ideas y descubrir 6 consejos para iluminar tu casa con estilo. 

Más inspiración

Qué tipo de luces encontrarás en tu casa: lámparas de mesa, luces de lectura, lámparas de pie, flexos de trabajo para el escritorio. Además, hay luces cenitales, que habitan sobre todo en la cocina y el baño. Los apliques de pared y, desde hace algunos años, hay apliques para los muebles, éstos sirven para llenar de luz lugares recónditos como interiores de muebles y armarios o encimeras. Todos estos elementos hacen que tu espacio sea confortable y plenamente transitable, en el que puedas realizar sin deslumbrarte todas tus actividades diarias y extraordinarias.

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