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Los autores de este proyecto, los expertos de Modular Home, han llevado a cabo la construcción de esta vivienda unifamiliar destinada a una familia con hijos, que vio necesario trasladarse a Villanueva de la Cañada, Madrid, para poder disfrutar de más espacio. La nueva casa cuenta con un amplio jardín y con piscina y se trata de una vivienda con un marcado estilo moderno, pero el moderno del siglo XX, con sus formas ortogonales, volúmenes cúbicos, dobles alturas y cubiertas planas. Todo esto llevado a cabo de una manera rápida y limpia, ya que es un sistema prefabricado y modular de placas de hormigón.
Desde el jardín la casa se ve como un volumen blanco y compacto al que se le han abierto ventanas de diversas formas y tamaños. Los vuelos de la fachada configuran en algunos casos zonas semicubiertas que sirven de terrazas protegidas del sol. El jardín cuenta con una piscina vallada como medida de protección para los niños pequeños.
La imagen desde la calle es muy distinta de la anterior. En este caso es mucho más hermética, con un gran muro que separa la casa del vecindario a modo de protección y como garantía de intimidad. El blanco y negro son los dos colores que van definiendo la estética de la vivienda.
La cocina consiste en una amplia sala con uno de sus paredes ocupado por un muebles que ocupa de suelo a techo. Los armarios sin tiradores y todos ellos blancos dan una imagen moderna y funcional y potencian a su vez la luminosidad de la cocina. Una isla central divide la cocina en dos y sirve también como zona de trabajo y de comedor. Un bonito detalle es la pequeña mesa y sillas destinadas a los más pequeños y ubicada en prolongación de la isla.
La cocina se ve inundada de luz gracias a una amplia cristalera que comunica con el jardín. Desde la isla de la cocina, donde se puede comer, se puede ver la piscina y la terraza situada delante y amueblada con piezas de exterior en color blanco.
No podía faltar en esta vivienda un salón a doble altura. Desde el jardín podemos apreciar el espacio amplio que acoge al salón y que cuenta con una puerta de cristal que comunica, al igual que la cocina, con el jardín. La perfilería de las puertas y ventanas en color negro supone un fuerte contraste con la fachada en blanco.
Al igual que el resto de los elementos estructurales y fachada, las escaleras se han construido mediante placas de hormigón prefabricado dispuestas a modo de huella. La tabica -la parte vertical de los escalones- se ha eliminado por lo que parece que los peldaños flotan, ya que la conexión con la pared es muy suave. La barandilla de cristal con su ligereza aporta el contraste y el equilibrio necesarios y deja además, pasar la luz.
En una familia con hijos el coche se hace más que necesario. Por eso el garaje es uno de los elementos fundamentales de esta casa. Una pequeña construcción, sencilla y de hormigón, mantiene la estética de la vivienda y se camufla dentro del diseño global.
