Restauración ambiental: el antes y el después de un paisaje de dioses

Marisa Alcore Marisa Alcore
Proyecto de restauración del Paratge de Tudela-Culip (Club Med) en el Cap de Creus , EMF - landscape architecture EMF - landscape architecture Jardines
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Suena Zero-project/Disabled emotions suite Part 5 y nos adentramos en Cadaqués. Más concretamente en el paraje de Tudela-Culip, en el parque natural del Cap de Creus en Girona. El privilegiado paisaje nos deja asombrados, se trata como diría Salvador Dalí de un paraje mitológico que está hecho para Dioses más que para hombres y que ha de continuar tal y como está. Esa misión, la de restaurar el paisaje la llevó a cabo el estudio de arquitectura del paisaje EFM-landscape architecture junto a Ardèvols Consultos Associats con un proyecto de restauración ambiental, el cual recibió el premio de paisaje Rosa Barba.

El estudio nace en el año 1999, después de varios años de formación en el campo del paisaje, el espacio público y la arquitectura del territorio en diferentes ciudades europeas. Sus proyectos, de diferente índole, se enfrentan en primera estancia a trabajar en un espacio dinámico, con materiales vivos y para un público que evoluciona constantemente. En el año 2005-2006, el estudio comienza este proyecto de restauración del paisaje, posiblemente el más grande llevado a cabo en la cuenca mediterránea. 

Gracias a la permisibilidad del franquismo, durante el boom urbanístico de los años 60 miles de complejos hoteleros, chalets y más edificios recreativos fueron construidos en las costas de España. No fue menos en Cadaqués, donde en 1962 el Club Med instalo un complejo turístico con más de 450 edificaciones en el Cap de Creus. Con el tiempo, fue creciendo el sentimiento de protección de nuestros parajes naturales regulando esta necesidad con la Ley de Costas. Es en el año 1998, cuando se aprueba la Ley que recoge la determinación de esta zona de la Costa Brava como parque natural. Ahora. sólo faltaba devolverla a su estado original. En un primer momento, se cuestiona la necesidad de derribar las edificaciones que formaban el complejo Club Med, puesto que contenían cierto valor arquitectónico y podían destinarse a otra función ajena al turismo. Finalmente, la administración se decanta por desmontar los edificios uno por uno de manera que se dañara lo más mínimamente posible los sustratos rocosos de gran valor geológico. No fue ésta la única tarea ardua de la intervención, puesto que el acceso de las maquinarias para extraer los escombros era muy limitado. 

Hablamos de un proyecto de-construcción: quitar lo que había para reconstruir el paisaje con la menor intervención posible. 

El antes y el después del turismo abusivo

La primera fase de la intervención recogía la  deconstrucción selectiva de 450 edificaciones y la gestión paradigmática de 42.000m³ de residuos,  reciclando prácticamente el 100% de los materiales. También se desmontan las instalaciones acuáticas construidas sobre la costa. La intervención se ejecuta con un cuidado intensivo, intentando dañar los menos posible a las rocas donde se encontraba adherido el hormigón. También, es necesaria la extracción de la flora exótica invasora, mayoritariamente Carpobrotus edulis. 

Reconstrucción del pasado

Posteriormente se lleva a cabo la remodelación de la orografía y los dreanajes naturales del territorio sacando a relucir la roca en todo su espledor. Se recupera la playa, la Gran Sala del Pla de Tudela y se restituye orográficamente los lugares donde, durante los años de vida del Club Med, se encontraban los equipamientos centrales: restaurante, anfiteatro y piscina. (Foto de Pau Ardèvol)

Un refugio para contemplar el paisaje

Se gesta este proyecto como una obra hecha en la propia obra: una auténtica obra de artesanía a la antigua. El proyecto busca ponerle en valor uso público del lugar destacando y respetando los valores inherentes del lugar mediante tres líneas de actuación. En primer lugar, la ordenación y jerarquización del viario en tres categorías: viario principal, viario secundario y viario terciario sin materialidad; los viarios marcados mediante barandillas  de poca altura realizadas en acero corten, te dirigen hacia las sillas, plataformas de acero costen desde donde contemplar los lugares de más valor. También se construyen dos miradores cúbicos de acero corten desde donde poder admirar el paisaje. Estos lugares constituyen el segundo punto de la intervención. Y por último, mediante una sencilla plancha también de acero, se identifica cada roca-animal. (Foto de Pau Ardèvol)

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