Cómo hacer casas que resistan terremotos

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Cómo construir casas que resistan terremotos. Una casa o edificio es resistente a los sismos cuando su diseño estructural contempla dimensiones, materiales, proporciones y resistencia en conjunto, respondiendo a las normas y reglamentos de edificación vigentes de la región. Estas normas de edificación indican las condiciones mínimas con que debe cumplir la construcción, basadas en la incidencia sísmica de la zona. 

Por ello es importante que desde el diseño estructural y durante el proceso constructivo no sólo se cumpla con el mínimo de esta indicación al construir casa que resistan terremotos, sino que se supere, pues siempre existe la posibilidad de que se presente un sismo de mayor intensidad a los previstos y es primordial resguardar la seguridad de los habitantes, evitando en lo posible colapsos totales o parciales.

Si vives en una zona de riesgo sísmico y decides ser precavido, es importante que consideres ciertos detalles a la hora de proyectar tu casa; planear tomando en cuenta aspectos como la ubicación del terreno, la elección de los materiales, la gravedad y la proporción de los volúmenes puede marcar la diferencia entre un desastre y la seguridad de los tuyos.

Es importante aclarar que la ingeniería sísmica no pretende en ningún momento evitar la percepción del terremoto ni mucho menos mantener rígida la construcción, pues si algo trata de permanecer inmóvil ante el movimiento brusco de su base, tenderá a romperse. Su finalidad es que la construcción se adecue al movimiento lo suficiente para evitar su rompimiento pero sin perder estabilidad y resguardando la seguridad interior. ¿Quieres algunos consejos? ¡Acompáñanos!

1. Estabilidad del suelo

Lo primero que debes considerar antes de pensar en construir tu casa que resista terremotos es la localización de la misma. Debes buscar lugares en donde el suelo sea estable y no existan riesgos de deslaves o deslizamiento de rocas, como en las laderas de las montañas o colinas, tampoco en cauces de ríos o zonas pantanosas.

Si este detalle es inevitable, es básico que te asesores con un ingeniero de suelos o especialista en estructuras del suelo, pues será necesario construir taludes, calcular pilotes y diseñar cimentaciones especiales.

2. Geometría regular

No por nada la mayoría de las construcciones consta de muros perpendiculares: ¡estructuralmente son la mejor opción! En una zona de riesgo, lo más recomendable son los diseños regulares y simétricos, con muros entroncados a 90 grados y simétricamente proporcionados, evitando en lo posible volúmenes en donde el largo sea mayor a 3 veces el ancho.

Esto no significa que debas limitarte a construir una caja de zapatos, aquí es donde la creatividad y conocimientos del profesional, ya sea arquitectoingeniero, surge para mostrarte la gama de estilos, formas y diseños que pueden convertirse en tu futuro hogar.

Una buena opción es el domo: una estructura en forma de caparazón, de armado monolítico o en su defecto, de piezas perfectamente simétricas que se embonen alrededor del centro. Como el cascarón de un huevo, su resistencia radica en que todas las fuerzas se complementan dirigiéndose hacia el punto central, estableciendo un entramado multidireccional en donde se crea un abrazo flexible que vibra o se mece junto con el suelo.

3. Continuidad y gravedad

Por simple lógica física, es absurdo pensar que una cimentación ligera o un primer nivel con cuatro columnas y trabes delgadas puedan sostener una segunda planta de mayores dimensiones, o que un volado de más de un metro no deba contar con soportes. Sin embargo hay quienes pretenden poner a prueba las leyes de la física y la naturaleza y exponerse a la fuerza de la gravedad. ¡Cuidado!

Es imprescindible que exista continuidad en todo el sistema constructivo, que si se proyectan dos o más niveles, la estructura de cada nivel, incluyendo la cimentación, contemple la suma de las cargas superiores. Deben evitarse cambios bruscos en las dimensiones, voladizos excesivos y una configuración estructural caótica y sin uniformidad ni orden.

4. Rigidez y flexibilidad

Los materiales deben empalmarse y unirse monolíticamente entre sí: trabes y columnas, losas y cerramientos, volados y muros de carga. Esto significa que deben colarse al mismo tiempo si son de concreto colado, o unirse con las mismas piezas de acero que vienen de la estructura misma, en el caso del armado. 

Es básico que la estructura conforme una pieza única con la rigidez suficiente para mantenerse unida pero con la flexibilidad necesaria para moverse, estirarse y contraerse ante el movimiento sísmico.

5. Resistencia de los materiales

Para una construcción segura, es necesario garantizar uniformidad en el uso de materiales desde la cimentación, losas, estructuras, cubiertas, muros y demás. Si bien la construcción no es una pieza única, la uniformidad en los materiales y la unión de los mismos permite una integración total que hace que funcione como un sistema perfectamente articulado ante el movimiento. 

Los materiales deben ser de excelente calidad y con la capacidad suficiente para absorber la energía del sismo durante la sacudida, y asimismo disiparla. Existen pruebas que se hacen a muros ya construidos para someter los materiales constructivos y de unión a fuerzas de carga normales y extraordinarias, certificando que la estructura soportará el movimiento o bien definiendo si es necesario cambiar de materiales.

Pues bien, esperamos que este libro de ideas te sea de ayuda, pero no olvides asesorarte con un profesional en el tema, incluso puedes armar un equipo de trabajo entre el diseñador de la vivienda, el ingeniero estructural y el experto en suelos. Recuerda que la seguridad de los tuyos es la prioridad.

Si quieres conocer los beneficios de trabajar con un arquitecto, date una vuelta por este libro de ideas.

¿Vives en una zona de riesgo sísmico? Si es así, ¿qué precauciones tomas en casa para prevenir accidentes?

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